Auge, boom y estabilización de los cigarrillos electrónicos
Los orígenes del cigarrillo electrónico se remontan a 1968, cuando Herbert A. Gilbert hizo la patente del primer cigarrillo sin tabaco, ni humo y sin nicotina en la que los fumadores inhalaban vapor con aromas. El invento no tuvo el éxito esperado y finalmente no llegó a comercializarse.
No fue hasta 2003 cuando salió la primera patente de un cigarrillo electrónico que incluía nicotina. Esta patente fue obra de un hombre chino de nombre Hon Lik. El mismo lo fabricó y posteriormente lo comercializó en China, para posteriormente comercializarse al resto del mundo tal como lo conocemos ahora.
Poco a poco fue ganando adeptos gracias a las mejoras técnicas introducidas, que hacían que las sensaciones del cigarrillo electrónico cada vez se pareciesen más a las de un cigarrillo tradicional. Fue a finales de los años 2000 cuando el invento realmente tuvo éxito y se empezó a producir en masa y extendiéndose por todo el mundo.
Aquí en España hubo un gran boom sobretodo en el año 2013, donde miles de empresas se lanzaron a distribuir este producto. Fueron muchos los empresarios o gente sin empleo que se decidió a abrir un establecimiento, bien físico o bien online para comercializarlo. La gran mayoría de ellos no tenían ningún conocimiento del producto, pero al ser su crecimiento tan fuerte se pensaron que era la gallina de los huevos de oro y no dudaron en invertir sus ahorros en este negocio.
Lo que realmente pasó fue que hubo un exceso de oferta por la demanda existente. Si a esto le unimos el fuerte desconocimiento del producto por parte de quien lo vendía y las fuertes campañas de las tabacaleras en contra de este producto, tenemos como resultado un declive del sector. Este declive no se debió a que el producto no fuese bueno, ya que lo era y mucho, sino a causas que intoxicaron el propio mercado. Algunas vinieron de fuera, y algunas fueron internas al propio mercado.
Como resultado de todo ello, el mercado entró en un declive durante buena parte del 2014, para luego estabilizarse. Una vez dejaron de aparecer noticias infundadas en la prensa y los empresarios empezaron a conocer mejor el producto, el mercado se estabilizó y empezó a repuntar levemente.
Si nos fijamos en lo que ha ocurrido en otros países dentro de la UE, vemos que también se produjo este declive como ha ocurrido en España (aunque lo hizo antes ya que la comercialización del producto también se produjo antes que en España). Y si miramos que ocurrió después de este declive en el resto de países de la UE, vemos que vino un fuerte repunte en los años siguientes. El motivo, como hemos comentado con anterioridad se debe a un mejor conocimiento del producto tanto por parte de empresarios como por los consumidores y por una disminución de noticias negativas por parte de la prensa especializada al no tener ningún fundamento.
Se espera, por lo tanto, que en España ocurra algo similar a lo que ha ocurrido en el resto de Europa, con un moderado repunte del sector en los años venideros ya que se trata de un sector con un enorme potencial.