Cada vez hay más expertos alrededor del mundo que se suman a la iniciativa de utilizar el cigarrillo electrónico como una forma de combatir el tabaquismo.
Tal como hicieron hace poco en Estados Unidos, esta vez han sido los profesionales de la salud en Australia los que han aconsejado a la población que renuncien a los cigarrillos de tabaco y cambien a cigarrillos electrónicos, puesto que potencialmente salvará más vidas en el país. Los expertos en salud se han reunido en Melbourne, Australia, para analizar cómo los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a los fumadores de tabaco a abandonar sus hábitos.
Los expertos de Australia no son los únicos en el mundo que se han sumado a la iniciativa. Hayden McRobbie, profesor de la Universidad Queen Mary en Inglaterra, dijo que si los fumadores no pueden dejar de fumar tabaco, podrían cambiar a vapear, puesto que los cigarrillos electrónicos todavía pueden tener nicotina, pero que no dañan los pulmones como lo hacen los cigarrillos convencionales.
Por otro lado Colin Mendelsohn, profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur, dijo que los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina permiten a los usuarios replicar la misma experiencia de fumar que los cigarrillos comunes, pero sin los efectos nocivos de los humos tóxicos.
McRobbie agregó que la medida podría no salvar el presupuesto de salud del gobierno australiano a largo plazo, pero al menos salvará más vidas en el país. Los efectos de los cigarrillos electrónicos "no están del todo claros", continúa, pero existe un acuerdo general de que sus beneficios superan los efectos nocivos de los cigarrillos convencionales.
En Australia, no se permite la venta de cigarrillos electrónicos que contienen nicotina, pero hay muchas personas que los importan desde fuera del país. Nueva Zelanda, sin embargo, planea legalizar su venta y regularlos como productos de consumo para el próximo año.
Usando datos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud 2014 y 2015, encontraron que más de la mitad de los usuarios de cigarrillos electrónicos pudieron dejar de fumar en los últimos cinco años, en comparación con el 28 por ciento que nunca usaron cigarrillos electrónicos.
También descubrieron que el cigarrillo electrónico era el mejor indicador de dejar de fumar y que los consumidores diarios de cigarrillos electrónicos tienen tres veces más probabilidades de dejar de fumar que los que no usan cigarrillos electrónicos.